Su uso, cada vez más extendido en plataformas digitales, fábricas automatizadas y corporaciones globales, ha permitido monitorear cada movimiento, pausa y decisión de los trabajadores. Sin embargo, detrás de la aparente neutralidad tecnológica se esconde un fenómeno preocupante: la explotación algorítmica. Sistemas que calculan productividad al segundo, asignan tareas en tiempo real y castigan desviaciones mínimas del rendimiento esperado están imponiendo ritmos de trabajo deshumanizantes. En muchos casos, los empleados desconocen cómo se toman las decisiones que afectan sus horarios, evaluaciones o incluso despidos.
Un vacío jurídico en México
Aunque la reforma a la Ley Federal del Trabajo en materia de plataformas digitales, publicada en la Nochebuena del 2024 ya menciona los algoritmos: en el ámbito del derecho laboral mexicano, el fenómeno plantea un desafío inédito. La Ley Federal del Trabajo (LFT) no contempla aún disposiciones específicas sobre el uso de algoritmos, inteligencia artificial o sistemas automatizados de gestión del personal. Si bien principios generales como la dignidad del trabajador, la no discriminación y el derecho a la intimidad podrían invocarse para limitar abusos, el marco normativo carece de herramientas concretas para regular la toma de decisiones algorítmica o la vigilancia digital en los centros de trabajo. La ausencia de un marco ad hoc deja a los trabajadores en una situación de vulnerabilidad frente a decisiones opacas, difíciles de impugnar por la falta de transparencia tecnológica. Al mismo tiempo, las empresas operan en un terreno gris donde la eficiencia digital se confunde fácilmente con la erosión de derechos fundamentales.

El reto para la inspección del trabajo
La Inspección Federal del Trabajo enfrenta un desafío mayúsculo: supervisar prácticas invisibles. Los algoritmos no dejan huellas tangibles en los libros de registro ni se observan durante una visita de verificación tradicional. Detectar un sistema de asignación algorítmica que presiona la productividad o discrimina por patrones de datos requiere nuevas competencias técnicas, protocolos de auditoría digital y cooperación interdisciplinaria entre autoridades laborales, tecnológicas y de protección de datos.
En este contexto, México enfrenta la urgencia de actualizar su legislación laboral y sus mecanismos de inspección para incorporar el principio de transparencia algorítmica, garantizar el derecho a la explicación frente a decisiones automatizadas y proteger el control humano sobre el trabajo. Sin estas salvaguardas, la revolución tecnológica amenaza con revertir los avances históricos en materia de derechos laborales y transformar al trabajador en un dato más dentro de un sistema que ya no comprende ni controla.Además, la Inspección carece de especialistas para analizar las herramientas de IA
El mal uso de los algoritmos en el entorno laboral o el rechazo de las empresas a informar sobre el contenido de sus herramientas de IA es vox populi en los entornos de gestión empresarial. Sin embargo, los expertos apuntan complicaciones para imponer sanciones.
Fotos: Perfil, Gaceta UNAM