Helen Hester y Nick Srnicek:
El peso invisible del trabajo doméstico
Hester (feminista y académica) y Srnicek (economista marxista) retoman la tesis del historiador Ruth Cowan: desde 1870 hasta el siglo XX, el tiempo dedicado al trabajo doméstico apenas disminuyó pese a la llegada de electrodomésticos. La razón: los estándares de limpieza y esperanzas personales aumentaron, anulando los supuestos “ahorros” que traería la tecnología .
La paradoja de Cowan
Aunque tengamos lavadoras, aspiradoras y hornos modernos, seguimos más ocupados que nunca. La expectativa de un “hogar impecable” se intensifica, y los aparatos tienden a alimentar una carrera sin fin de limpieza ().
Más allá del trabajo asalariado: reconocer el trabajo invisibilizado
El libro amplía el debate post‑work tradicional, que se enfocaba en la emancipación del trabajo asalariado, para incluir el trabajo de reproducción social —cocinar, cuidar, limpiar— que recae principalmente sobre mujeres y permanece sin remuneración ni reconocimiento. Hester y Srnicek afirman que no habrá una auténtica libertad sin abordar primero esta carga doméstica .
¿Por qué persiste?
- Individualización: la estructura nuclear actual desplaza tareas que antes se compartían, centralizándolas en el hogar ().
- Normas sociales: lo que consideramos “limpio” o “ordenado” es una construcción cultural cada vez más exigente .
Opciones para liberar tiempo y reimaginar la vida en el hogar
- Bajar estándares, aceptando ciertos niveles de desorden o limpieza.
- Automatización real, más allá de lavar simplemente más rápido: rediseñar espacios y techos domésticos inteligentes ().
- Colectividad y comunalidad: revivir modelos históricos como cocinas, lavanderías o guarderías compartidas (e.g., comunas en Rusia, viviendas públicas en Viena) para repartir la carga ().
¿Qué significa “reimaginar el hogar”?
- Promover diseños arquitectónicos cooperativos en vecindarios y viviendas.
- Establecer servicios comunitarios —desde lavanderías hasta técnicos informáticos— para aliviar las tareas rutinarias ().
- Revisar profundamente los valores individuales, priorizando el bienestar colectivo frente al aislamiento hogareño ().
Hacia una política feminista post-laboral
Hester y Srnicek presentan una “política post‑work feminista” que reconozca la feminización del trabajo de cuidado y exija su reorganización: socialización del trabajo doméstico, uso consciente de la tecnología del hogar y diseño colectivo para distribuir tareas.
En conclusión
After Work es una investigación rigurosa y provocadora que invita a cuestionar el mito del hogar como lugar de descanso. Frente a la homogeneidad del “hogar‑trabajo” y la sobrecarga doméstica, propone una alternativa: rediseñar las viviendas, compartir cuidados y bajar las expectativas sociales. Solo así podríamos recuperar el tiempo libre que potencialmente nos redefina como personas—en lugar de permanecer atrapados en labores sin fin.