Trabajadores de Starbucks de todo el país descubrieron que están experimentando los mismos problemas sistémicos: escasez de personal y horarios impredecibles; salarios bajos; asistencia sanitaria inasequible; acoso; equipos rotos; disciplina injusta.
El paro fue convocado por Trabajadores Unidos de Starbucks, un movimiento que agrupa a unos 10.000 trabajadores en más de 500 tiendas de la cadena a nivel nacional y que promueve su sindicalización. Comenzó el viernes en Los Ángeles, Chicago y Seattle, donde Starbucks primero abrió sus puertas hace más de 50 años, y desde entonces se ha ido ampliando cada día, ahora a 12 ciudades aproximadamente.
Los empleados empezaron a tomar medidas contra la falta de respuesta de la dirección, las represalias injustas y un sistema de horarios injusto.
“Vimos que, tienda por tienda, era posible conseguir cambios directos adoptando una postura unificada, y que sindicalizándonos podíamos abordar estos problemas y exigir responsabilidades a Starbucks”, dijo uno de ellos.
“Queremos que Starbucks esté a la altura de lo que dice ser. Nos estamos uniendo para construir un Starbucks mejor para todos nosotros, donde los compañeros puedan trabajar con dignidad en lugares de trabajo de los que puedan sentirse orgullosos. Un contrato sindical es el mejor camino hacia una verdadera asociación en Starbucks, y para los trabajadores de toda la industria del café y la restauración.
Hemos pasado meses investigando, debatiendo y desarrollando ideas para mejorar las condiciones de los trabajadores y los clientes. Cientos de compañeros de Starbucks rellenaron encuestas y dieron su opinión sobre nuestras propuestas, todas ellas basadas en la diversidad, la productividad, la dignidad y la inclusión”.
A través de la cuenta oficial de X, Starbucks Workers United, se publicó lo siguiente:
Estas huelgas de prácticas laborales injustas son una primera demostración de fuerza, y no hemos hecho más que empezar. Vamos a seguir luchando hasta que Starbucks nos haga una oferta económica seria.
Starbucks debería saberlo: Esto es sólo el principio.
Fotos: Starbucks, Vanguardia