En diciembre de 2021, los empleados de una tienda Starbucks en Buffalo, hicieron historia: se convirtieron en la primera tienda corporativa de Starbucks en EE.UU. en sindicalizarse. Al frente de esa iniciativa estaba Jaz Brisack, una joven organizadora que cambió de rol: de estudiante a activista laboral en el frente.
Al terminar sus estudios en Oxford, Jaz decidió que no solo quería estudiar los movimientos laborales, sino participar activamente. Se mudó a Buffalo y tomó un empleo como barista en Starbucks. Durante varios meses, trabajó entre sus compañeros, aprendió los turnos, los horarios, las frustraciones de la plantilla, ganó confianza, formó redes.
Usó la táctica conocida como salting (emplearse en la empresa con la intención de organizar un sindicato) para entender cómo funcionaba Starbucks desde adentro, y poder así construir el apoyo necesario.
En agosto de 2021, Brisack y otros baristas enviaron una carta formal a los ejecutivos de Starbucks anunciando su intención de sindicalizar la tienda de Elmwood, Buffalo.
En diciembre de ese año, tras la votación supervisada por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), la tienda Elmwood resultó con mayoría a favor de la unión, marcando un hito histórico: la primera tienda Starbucks corporativa en Estados Unidos en sindicalizarse.
Starbucks no lo hizo fácil. Hubo resistencia fuerte: supervisores, gerentes y ejecutivos vinieron a Buffalo para contrarrestar el movimiento.
El triunfo en Elmwood no quedó aislado. Inspiró a cientos de otras tiendas Starbucks en distintos estados a tramitar elecciones sindicales. Además, el movimiento de trabajadores fue apoyado por figuras públicas, otras organizaciones sindicales, y generó discusión nacional sobre derechos laborales, la dignidad del trabajo, y la brecha de poder entre grandes corporaciones y trabajadores.
Fotos: The Seattle Times, Starbucks