Acuerdo entre Sindicatos, ¿dónde están los nuevos liderazgos?

En un hecho sin precedentes, representantes de los sectores productivos del país celebraron el “Encuentro de Sindicatos y Empleadores”. Diálogo Social en Acción: Soluciones para el Futuro del Trabajo”, un espacio abierto y plural que marcó un hito para la construcción de acuerdos entre trabajadores y empleadores, para enfrentar los desafíos en el futuro del mundo del trabajo y el fortalecimiento de la democracia.

Durante la inauguración, dirigentes sindicales y empresariales coincidieron en la urgencia de consolidar una nueva etapa en la concertación social, señalando que, ante los desafíos estructurales del país, el entendimiento mutuo y la corresponsabilidad entre los actores productivos son esenciales para avanzar hacia un desarrollo más incluyente, competitivo y sostenible.

El momento más significativo del Encuentro fue la firma del Memorándum de Entendimiento entre sindicatos y organizaciones empresariales para impulsar la creación del Consejo Nacional, Social, Económico y Ambiental, una propuesta conjunta que simboliza la voluntad de construir soluciones compartidas. El acuerdo establece la instalación de un grupo intersectorial de trabajo que diseñará la estructura, funciones y hoja de ruta del nuevo organismo, el cual aspira a convertirse en una plataforma permanente de diálogo y concertación nacional.

Durante la clausura, las y los firmantes refrendaron su voluntad de mantener canales abiertos de interlocución, de superar diferencias con visión de Estado y de trabajar en unidad para mejorar las condiciones de vida de millones de personas. Coincidieron en que el diálogo social no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar consensos duraderos, proteger derechos y fortalecer el tejido institucional del país.

Sin embargo, En México es posible hacer inferencias interesantes con algunos de los denominados “factores de poder”, especialmente al analizar dos variables: la edad y la permanencia; nos referimos a los llamados coloquialmente y casi con ironía “líderes sindicales”.

Este relato kafkiano toma la forma de una gerontocracia sindical, donde las variables de edad y años de permanencia se conjugan en una fórmula a veces perversa; un esquema en el que “guardando las formas” los líderes sindicales se hacen de las secretarías generales en forma vitalicia pero siempre respetando la voluntad de los trabajadores que los eligen o reeligen de forma “auténtica y democrática” y a veces “sin oponentes”.

Así, los líderes se van haciendo ancianos en los liderazgos a través de elecciones o reelecciones con voto indirecto o a mano alzada y ello genera un anecdotario abundante sobre su vigor y capacidad para ejercer como secretarios generales de sus agrupaciones, especialmente ante un modelo laboral que está sufriendo cambios radicales y aspira a encontrar la verdadera democracia y representatividad a través de nuevos mecanismos de votación libre directa y secreta. La reforma legal, que busca romper estas prácticas, entró en vigor en 2019 y aún enfrenta la resistencia de las grandes centrales obreras del país que buscan la forma de cumplir sin alterar el status quo.

Un vistazo a los números nos permite obtener algunas lecturas interesantes: de los doce sindicatos más importantes de México, que agrupan a unos 24 millones de trabajadores (la población laboral en México es de casi 60 millones) la edad promedio es de 70 años y aunque hay un par de casos notables (dos líderes de 50 años bajos) uno de ellos ascendió al poder por la muerte de su padre y el otro se convirtió de empresario a líder sindical en la administración del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.

Aunque la alternancia sindical mexicana, con sus plausibles y previsibles consecuencias de liderazgos más jóvenes y entusiastas, es un camino con mucho trecho interesante por recorrer, el futuro parece más prometedor con la reforma laboral del año 2019, que obliga a los sindicatos a celebrar, paulatinamente, procesos más democráticos que las viejas prácticas que por décadas propiciaron una clase sindical senil y enquistada.

Fotos: Marath Bolaños (X), Elaboración Propia

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