En una obra conjunta publicada por Debate/Edicions 62 en abril de 2025, el economista Thomas Piketty y el filósofo Michael J. Sandel entablan un diálogo profundo sobre el significado de la igualdad y su relevancia para sostener democracias saludables y una convivencia justa. Esta conversación—grabada en mayo de 2024 en la Escuela de Economía de París—evidencia tanto las coincidencias como las tensiones entre su visión económica y filosófica  .
Un recorrido histórico-económico
Piketty sitúa sus argumentos en una secuencia histórica marcada por la tensión entre la acumulación de capital y el bienestar social. Señala que cuando el retorno del capital supera consistentemente al crecimiento económico (r > g), se perpetúa una “redistribución regresiva”, consolidando el capitalismo patrimonial y erosionando la movilidad social . Aunque reconoce avances significativos tras la Segunda Guerra Mundial—conocidos como “la gran compresión”—alerta que estos progresos pueden revertirse si no se fortalecen políticas fiscales equitativas .
Una mirada ética y moral
Sandel se adentra en el terreno cívico y moral de la igualdad, alertando que la pérdida de reconocimiento y dignidad entre quienes se sienten desplazados genera resentimiento social. En su opinión, esto alimenta el auge de discursos populistas y nacionalistas, erosionando la cohesión democrática . Lo más llamativo es su crítica a la mercantilización de la vida: cuando los mercados dictan lo que vale, se crean vacíos morales que luego son llenados por religiones o nacionalismos .
Democracia, distribución y fronteras
Ambos autores critican la desigualdad económica y su impacto en la política: la creciente concentración económica, según Piketty, degrada la democracia, y para Sandel, la degradación va más allá de lo material, implicando el reconocimiento social . El debate sobre las fronteras también emerge: Piketty propone migración planificada fiscalmente para reducir barreras, mientras Sandel pide un enfoque que integre valores como pertenencia y solidaridad .
Políticas y desafíos compartidos
Ambos coinciden en la necesidad de actuar:
• Implementar fiscalidad progresiva, incluso sobre la riqueza global, para contener el poder concentrado .
• Desmercantilizar sectores clave (educación, sanidad, transporte) para proteger bienes comunes frente a la lógica del mercado .
• Promover una izquierda que recupere un relato centrado en la dignidad y el reconocimiento, en lugar de limitarse al crecimiento económico .
Este diálogo pone en evidencia que la desigualdad no es solo un problema de distribución de recursos: también conduce a estados de ánimo sociales. Por ello, proponen una estrategia dual: reformar la economía sin ignorar la dimensión moral y comunitaria que sostiene la cohesión social.
En resumen, Igualdad es una obra compacta y poderosa que combina historia, economía y ética. Piketty aporta los datos y la urgencia de la redistribución material; Sandel, la dimensión moral y relacional indispensable para sostenerla. Su mensaje es claro: sin justicia económica y dignidad cívica, la igualdad no podrá evitar fracturas democráticas profundas.