Nuestro colega Rodrigo Morán Díaz, de Sales Boyoli Asesores Legales, nuestro miembro mexicano, destaca el marco legal y organizacional único que rodea a los roles ejecutivos.
Los puestos ejecutivos van mucho más allá de los contratos de trabajo ordinarios. Combinan liderazgo, propiedad y representación legal, a menudo convirtiendo al ejecutivo en un empleado y en “la propia empresa”.
En México, los ejecutivos se clasifican como “Empleados de confianza”. Este estatus único permite la terminación por motivos de pérdida de confianza, pero también requiere procedimientos complejos como decisiones de accionistas y revocación de poderes.
Por esta razón, contratar (o despedir) a un ejecutivo no es solo un proceso de recursos humanos, es un movimiento legal estratégico que da forma a la gobernanza, la dirección y el crecimiento a largo plazo de una empresa.